lunes, 22 de octubre de 2012

La metonimia (con humor)


Al alcohol lo llamo directamente Ballantine’s. Digo Bic por bolígrafo, Mont-Blanc por pluma, Olivetti por máquina de escribir y Mac por ordenador. En los restaurantes finos suelto Avecrem en lugar de sopa o Camy por “biscuit-glacé”, y lo peor de todo es que suelo acertar. Cuando intento pronunciar palabras tan sencillas como somnífero, tónica, zapatillas, bicicleta, tarjeta de crédito o cigarro me salen espontáneamente marcas caprichosas: Valium, Schweppes, Adidas, BH, Visa, Montecristo. Los digitales son Casio, y los analógicos, Omega. Las “colas” son Coca-Cola, incluso cuando bebo Pepsi. Al televisor le digo el tubo, y al tubo, claro, Triniton. Y así todo el tiempo. Soy irremediablemente metonímico, qué se le va a hacer. De la misma manera que otros son zurdos, bizcos, tartajas, daltónicos, patizambos, miopes o inspectores de Hacienda, yo tengo la desgracia de padecer metonimia aguda. Cuando hablo o hago estas redacciones suelo tomar la parte por el todo, o lo que es más intolerable por estos alrededores literarios, tomo la marca por la cosa.
Juan Cueto, El País Semanal, 6-XII-1987

3 comentarios:

Celia Mora Peinado (1ºBach (C Y T) dijo...

Buenas tardes!! Creo que este texto habla sobre como las marcas han entrado en nuestra vida, de una forma llamativa para llamar nuestra atención, usando la metonimia.
Las marcas forman parte de nuestra vida casi inconscientemente, y cada vez más y más, cosa que antes no pasaba, o al menos tanto.
El texto en mi opinión también intenta explicar como pasan a ser parte de nuestra vida casi sin que nos demos cuenta y que esto es algo que nos "domina", por decirlo asi.

Raúl 1º Bach dijo...

Hola Doria, me ha sorprendido bastante como en el texto el autor del texto le pone a todo objeto una marca sin equivocarse. Es impresionante como las marcas toman gran parte en la vida de las personas.

Anónimo dijo...

Hola Dori, soy Cristóbal Estepa y este texto refleja como las marcas influyen tanto en nuestra sociedad ya que, en vez de llamar algo por su nombre lo decimos por sus marcas inconscientemente. En resumen nuestra sociedad es tan dependiente de marcas y anuncios que estos ya forman parte de nuestra vida y los aceptamos como ello.